18 febrero 2006

cosas que nunca te dije... y dudo que te las diga


"¿Por qué le costará tanto a los padres hablarle de sexo a los niños, cuando lo dificil es hablarle del amor?" Estas palabras decía Andrew Maccarthy en Cosas que nunca te dije de Isabel Coixet, y qué razón tenía!.
¿Por qué es tan dificil hablarles muchas veces a los padres sobre el amor?, ¿por qué es tan difícil hablar de un sentimiento que, por lo normal, se suele compartir en este tipo de relación?, ¿por qué nos cuesta tanto hablar sobre el amor?, ¿será tan dificil de entender?.
Esto me recuerda a una coversación que tuve con Di hace mucho tiempo, ella sostenía, y con mucha razón, que era más fácil decir "te quiero mucho" a decir simplemente "te quiero", la razón, no la llegamos a concluir del todo, pero ensayando en nuestras mentes, descubríamos la dificultad de una ante la otra. Quizás pasa algo cuando se aislan esas dos palabras, cuando se quedan solas, se descarga una tormenta impresionante que confunde los sentimientos con el miedo a expresarlos, quizás por eso sea más fácil poner el "mucho" al final, como un analgesico, que suaviza los efectos. Se ve que también necesitamos analgésicos para el corazón, en esta se vida se necesitan analgésicos para todo.
Te encuentras con un amigo y después de una charla, le dices, "oye, que te quiero... mucho" y la otra persona respira aliviada "puff... menos mal que lo ha dicho así", tu te salvaguardas las espaldas y todo se queda en algo más cariñoso, más entrañable... pero quizás más impreciso, menos concreto, que también significa menos impreciso, pero hay que decirlo, porque queda más preciso. Aquí entonces podemos hablar también sobre que los adverbios de cantidad positivos, aquello que parece que pueden minimizar mucho las emociones, o la expresión de estas: "quiero poca comida... te quiero mucho", "¿me pasas un poco de sal?... te quiero mucho", ¿no parece contradictorio?, ¿por qué tendremos tanto miedo a decir las cosas por su nombre?, ¿o por qué no usamos los adverbios como se debiera?, ¿para qué tantos años en el colegio estudiando lengua?, ¿para luego no saber hablar?... a mi se me daba bien, la lengua y el inglés.
Yo quiero a mi madre, pero no la entiendo, ella tampoco me entiende, entre tan poco entendimiento... nos queremos ...mucho. Nunca hemos hablado realmente sobre el amor, hemos bordeado orillas mientras hemos podido, quizás en la infancia cuando no importaban las cosas... cuando todo era "algo de niños". Ahora soy grande, y he querido tanto, y he contado tan poco, y he dicho tan poco, que me he dedicado a regalarle a ella uno y mil "te quiero.... mucho", quizás como a mi amiga Di que, aún habiendo mantenido aquella peligrosa conversación (como muchas de las que tenemos sobre el amor y otros demonios), tampoco le han llegado muchos. Y da igual que ella lo sepa, que mi madre también, da igual que la persona a la que amamos ahora, sepa que la queremos... perdón, el principio de la frase era "que NO da igual...", porque no da igual. Y yá está.
Aunque la verdad si es dificil hablar sobre nuesta forma de querer, no ya solo hablar de nuestros sentimientos, sino de la forma que tenemos de sentirlos, de llevarlos, y ya más dificil puede ser que se entiendan, que no resulten una maraña de garabatos porque nunca hayamos sido capaces de escribirlos en nuestra boca para que se oigan. Para que se oigan bien.
Hay muchas personas a las que quiero, pero que las quiero de verdad, que las siento por las venas y me inhundan entero, son personas que me hacen feliz o feliz e infeliz al mismo tiempo, compartiendo mi necesidad de existir en mi vida. Unas saben cómo amo y cómo son queridas, otras piensan en menos de lo que son, también otras no tienen ni idea de lo que son o fueron amadas o queridas, no sé si hay alguna que piense que es más de lo que es, espero que no.
El caso es que entre tanto querer o querer mucho, se me está haciendo larga esta reflexión, cuando yo solo quería decir...

2 comentarios:

Vanlat dijo...

Sólo una idea... al decir "te quiero" entregamos el alma... y el mucho parece devolvérnosla... o no? o sólo somos así de simples... complicados?

Sinestesia dijo...

Hola, de casualidad dí con tu blog, y me ha gustado mucho.

Me he cuestionado esas mismas conjeturas que hiciste desde hace tiempo. Y creo que sólo he dicho un te quiero ( sin el mucho) una sola vez. O.o

Y si como dice el post anterior ese "mucho" me resulta es como un aditivo innecesario, que por decirlo tánto le resta valor a lo importante, que es el hecho de que se quiere..
En el fondo creo que son sentimientos que llegan a traspasar el lenguaje y que deberían estar muy léjos de la metrica.

Me seguiré dando vueltas por aquí. :) Un saludo.