26 abril 2007

Para atrás ni para coger carrerilla....

no es para quedarnos en casa que hacemos una casa,
no es para quedarnos en el amor que amamos,
y no morimos para morir,
tenemos sed y
paciencias de animal.


Costumbres. Juan Gelmán


cada vez más lejos. cada paso hacia atrás y me aparto un poco más, cada vez más lejos, más lejos, más lejos... más lejos me siento de Granada. Aquí me quedan brazos, me quedan besos, me quedan los desayunos con Alex y Guada, las reuniones con los demás en el Saint Germain, las bromas y almuerzos con Rakel, las noches y sus camas de cuerpo y medio, las cervezas en vaso o de botella, los besos limitados en la boca, en la cara, en el cuello, algunas caricias entre vellos cortados y algunas de más, y algunas de menos... pero no me queda mucha parte de mi, esta ciudad me echa, me dice que basta, que ya no más, y dentro de toda la compañía, de todo lo anterior, me siento un rato... perdido, sin rumbo, y no es todo para hacerlo canción de los Panchos, sino para ir tomando decisiones, esas que tanto me cuestan, quizás porque ahora si me encuentro en el momento en el que la vida me pilla, y me dice que basta otra vez, pero con lenguajes diferentes, con diferentes idiomas, y se convierte en una vaca, en esa que aparecía en esta (preciosa y genial) pélicula "el lado oscuro del corazón" encarnada en la madre del protagonista diciendo:

¿No te da vergüenza? ¿Cómo es posible? ¿Qué has hecho para llegar a ese estado? ¿Ya ni siquiera puedes vivir entre la gente?
¡Hubieras podido ser tan feliz! ... Eres fino, eres inteligente y egoísta. ¿Pero qué has hecho durante toda tu vida? Engañar, engañar... ¡nada más que engañar!... Y ahora resulta lo de siempre; eres tú, el verdadero, el único engañado. ¡Me dan unas ganas de llorar! . . . ¡Desde chico fuiste tan orgulloso! . . . Te considerabas por encima de todos y de todo. De nada valía reprenderte. Crees haber vivido más intensamente que nadie. Pero, ¿te atreverías a negarlo?, nunca te has entregado. ¡Cuando pienso que prefieres cualquier cosa a encontrarte contigo mismo! ¿Cómo es posible que puedas soportar ese vacío?... ¿Por qué te empeñas en llenarlo de nada? Ya no eres capaz de extender una mano, de abrir los brazos. ¡Es verdaderamente desesperante!... ¡Me dan unas ganas de llorar!



Cuando solo te llena la gente, cualquier otra cosa te vacía. porque la gente vive su vida, tienen sus caminos, sus metas, sus propias decisiones, y por muy feliz que te puedan hacer en un determinado momento, son drogas momentaneas con absurdos síndromes de dependencia. Ahora tengo mono de mi, y llevo ya bastante tiempo con todo esto...
Me voy a Madrid. No va a ser mucho tiempo, pero será un tiempo de cambio, voy a hacer un curso en el que tengo muchas ganas depositadas, pero pocas expectativas, y no por ser negativo, sino (y tal y como yo nunca suelo ser) realista, el curso es sobre Violencia de Género, un tema que me gusta mucho y con el que creo que me defendería y me sentiría agusto, pero no asegura mucho más. Tengo ganas del cambio y de decir "adios", pero como lo hacía en el instituto, cuando ya estaba muy borracho y pasaba de las despedidas y decía que me iba al baño, y cambiaba la izquierda por la derecha y me iba a casa, quizás por eso ahora confundo continuamente la izquierda con la derecha, y tengo estos severos problemas de orientación.



Aunque no todo es como es... también hay desconexiones, cambios, y un momento para descansar de "no hacer
nada", y sobre todo, descansar de uno mismo y enfrentarse a un amigo: Al Dani, que me coge y me rescata y me cambia el escenario desde sus bambalinas y me lleva a su nuevo paisaje, para que vea el sitio dónde comienza a tener otra vida. Y es cuando paso unos días con Dani y con Aitor. Estar siempre con una sola persona se me hace dificil, la verdad, me hago más tímido, más retraido, y me cuesta. Oscar sabe muy bien que salir los dos solos a tomar algo o de marcha para mí era toda una odisea, el pobre siempre se quejó mucho de eso, pues hacerlo con un amigo se me hace igualmente dificil, hay veces en las que no, se crea un microespacio, un diferente y da igual lo que ocurra (ya, contigo no me pasa, no, contigo no, ya me lo has dicho esta mañana). Aún así nos fuimos los dos, parejita singular, a hacer bromas, criticar a todo el mundo y versar en todos los idiomas que conocemos, desvelar unas cuantas cositas y entregarnos a una noche de tapitas (que no son mejores que las de Granada) y un único pub de ambiente donde se mezclaban todo tipo de tipos y tipas. Al día siguiente se incorpora Aitor, y un primer día de playa, y unos calamares cerca del mar buenisimos, y una compañía de tres y unas gafas de menos. Y lo mismo que Dani me rescata de esta ciudad que ya no me quiere tanto, me vuelve a llevar a la misma, dejando unos días de relax, dónde tengo la oportunidad de estar contigo, y disfrutarte, y es genial hacerlo, quizás solo y sencillamente, porque eres genial.








Y escribiendo este post, me han llamado del curso, ya está todo dicho, todo preparado, el día 12 empiezo el curso, me voy a hacer Técnico en Intervención en Violencia de Género, y que sea lo que dios quiera, e intentar mirar hacia delante, y para atrás, ni para coger carrerilla....

Y la canción, bueno...

24 abril 2007

encantado...

"Mi cuerpo es una fuente de agua cristalina"
Sherley Winters (La noche del cazador, 1955)



hay personas que ven la vida de muchos colores, unos la pintan al mismo tiempo, como retocando, otros se ponen gafas oscuras o claras para verlos con otras intensidades, otros te dicen "ven, ven... que te voy a enseñar algo, ven, ven... que quiero que veas". y aprendes.
y qué bonito es aprender muchas veces de los demás...
aunque uno tenga la cabeza dura como las piedras que nunca se rompieron y que aún siguen ahí, aunque uno sea impenetrable y cabezón, aunque uno sea uno y no haya guión escrito sobre lo demás...
y qué bonito es que te enseñen de vez en cuando otras cosas, que te enseñen colores, colores que aúnque no perduren, aunque sus tintes, tintados o tonturas, ocupen un espacio aparentemente pequeño... sigue siendo bonito que te enseñen.
en este tiempo he aprendido muchas cosas de mi, otras me las han enseñado, a fuerza de golpes o a fuerza de caricias, a fuerzas de disgustos o de sensaciones nuevas, de reflejarte y no espantarte...

qué bonito que te enseñen... solo por eso: encantado


14 abril 2007

Non, je ne regrette rien...

uno le pregunta a otro: "¿y a tí cómo te gustan las mujeres?",
- a mi con mucho wisky y mucho hielo.




hablar por hablar... y la gente sigue dando consejos, aún sin querer escucharlos ya, sin tener ningún interés, y parece como si oyeras llover mientras asientes con la cabeza y separas movimientos con algún que otro "si, claro... pues si". Y llueve, y sigue lloviendo, y es que las palabras son muy fáciles.
¿qué sabemos de nosotros mismos?, ¿cúanto necesitamos de los consejos de los demás?, ¿o solo queremos que nos escuchen y por eso contamos cosas?...

la gente pide consejos, que les ayuden, que les salven... que le den un rumbo diferente a su vida, o que simplemente (y como me dijo una persona muy inteligente este fin de semana) que corroboren lo que ya nosotros sabemos, porque somos los únicos que nos conocemos bien, que sabemos por qué estamos de una manera o de otra.

me he encontrado con muchas personas que no sabían qué hacer, muchas de ellas me hicieron perder el tiempo, quizás como yo también se lo he hecho perder a otras tantas, hablando sobre rarezas de las que no se pueden o se quieren salir, pidiendo consejos que nunca se seguirían, pero que aliviaban considerablemente el dolor en el momento, haciéndo que fuera más fácil tratarlo, llevarlo, cogerlo... haciéndolo palpable, material, terrenal.

y es que aquí no me puedo quejar (Non, je ne regrette rien...), disfruto de muy buenos amigos, dispuestos a muy buenas intenciones, pero la cuestión es la poca facilidad que doy yo para poder seguirlos, la poca facilidad que tengo para dejarme ayudar, y lo poco consoloble que soy. Luego la cuestión es que sigo teniendo las mismas dudas, algunas se disipan, se esparcen o se ocultan, otras siguen ahí, rabiosas y con ganas de moverse, de despertar, de lanzarse o despegar hacia cualquier lado. Y es que ya uno no sabe si es complejo o más fácil de lo que piensa.

Se a quién quiero, a las personas que quiero que estén a mi lado, a unas las quise más en algún momento, a otras las dejé de querer tanto por incapacitación o por desgana, a poquitas las quiero con locura, a muy pocas las amo con desesperación y plena entrega, algunas siempre están ahí, otras de vez en cuando, hay algunas que necesitan su espacio y no te necesitan tanto, otras quieren que su espacio esté contaminado continuamente de ti, hay algunas que te quieren en la cama, otras en el sofá, o en la calle al son de sus zapatos. Hay personas que te necesitan, hay otras que no te gustaría que te necesitaran o tú no necesitarlas. Se a quién quiero, se a quienes quiero... no tengo duda. No me puedo quejar.

¿y a tí cómo te gustan las personas?...

a mi con mucha alma, con mucha paciencia y con un corazón de grandes capacidades, honestas con ellas mismas o con los demás, llanas, limpias... que se vea lo que son, sin máscaras... y que, sobre todo, sobre muy muy todo... que me hagan reir sin necesidad de ser payasos.

no, yo no me puedo quejar...




esta mujer, no puede ser más guapa... mi tipo total de mujer, ¡qué le vamos a hacer!

08 abril 2007

la pelota que arrojé, cuando jugaba en el parque, aún no ha tocado el suelo

el señor de la barba y Alex




¿Puede haber un niño más guapo?... y no, no me refiero al señor de la barba, que es el menda, con este instinto paternal tan sumamente desarrollado. Es el rubito, el que se ríe porque si, porque el "señor de la barba" le hace todas las tonterías que se le ocurren, porque se le ocurren muchas, porque es así, y con él se toma todas las licencias que quiere, porque cuando quieres a alguien de verdad te tomas todas las licencias que quieres, muchas que no te tomas con los adultos a los que quieres mucho igualmente, sobre todo para que no te tomen como si fueras imbecil (que ya más o menos me gano alguna que otra).
Pues ahí estás tú Alex, con tu año y un mes, con tus primeros pasos agarrados, con tus primeras palabras "mamá, mammmmmá..." y "padrino marcos, te quiero mucho, eres lo mejor de mi mundo..." (en mi imaginación enfermiza, que da para mucho), con tu pelo rubio y tus ojos de colores indefinidos oscuros, medio guiri, medio español..., con esta madre tan guapa y tan maravillosa que tienes.




Primero no escribía nada porque no me pasaba nada. La verdad es que en Granada, la ciudad dónde he vivido las experiencias más importantes de mi vida, se quedaba últimamente corta a la hora de proporcionarme vivencias, entre ellas, un poco más de felicidad, porque yo soy de esos que si no viven, se vuelven infelices, se desinchan... no me puedo conformar con una vida normal, no me puedo conformar con que la vida sea trabajar, comer y dormir, quiero más, quiero vivir cosas, aunque no sean todos los días, pero si sentir que el espacio y el tiempo giran en torno a mi vida, que no soy uno más, porque no creo, de primeras, que nadie lo sea ....





Así que me bajo a ver a mis padres, cambio de escenario, uno al que le dí más de una opotunidad, pero bueno... el hecho de cambiar de escenario, algo nuevo me tenía que dar, porque esta silla, esta habitación, este ordenador y otras tantas cosas... ya me cansan, ya me aburren, y no me siento implicado en otras tantas (primero porque no estoy trabajando y eso me convierte en un ser social abstracto). Y salimos una noche, una de las 6 que me quedé, pero una noche de las buenas, de las que hacen su poquito de historia, sobre todo tener la oportunidad de estar con "el Dani" (como dice Eva la del centro de la foto), y esos 13 años que llevaba sin salir un Jueves santo. Unas copitas desde las 7 de la tarde y unas tantas cervezas, roscas, charlas sobre la vida y otros milagros, risas y más alcohol, de un sitio a otro y llegando hasta casi las 8 de la mañana, volviendo a mi antigua casa (la casa de mis padres) mientras el sol se ponía alegremente, recordando ese camino por el que tantas veces pasé a esa hora, con ese nivel de alcohol en sangre, y sin pensar en el futuro ni en el presente y recordando las pequeñas cosas del pasado inmediato.




Una semana en el nuevo escenario... algo tenía que ocurrir, ¿lo forzaré yo?, ¿llegará porque si?... ¿o es cuestión de actitud?... seguro que es eso, la actitud es de las cosas más poderosas que hay. El caso es que ahora no tengo muchas ganas de contarlas, y no por dejar expectación, ni mucho menos, ni porque ya no me guste desnudarme al uso, porque lo sigo haciendo aunque me arrepienta muchas veces de ello, sino porque hay muchas cosas que no se pueden explicar, y lo que no se puede explicar, es mejor dejarlo en ese nivel de abstracción...., y las cosas que vienen del pasado para meterte en situación, a veces es mejor dejarlas ahí también. Aunque vengan con otros vestidos, otras formas... siguen teniendo las mismas intenciones.