25 noviembre 2008

paralelas

escucharte llorar siempre me ha roto el corazón, incluso cuándo te he visto hacerlo en situaciones en las que yo no habia hecho nada para provocarlo, cuándo estoy yo por medio, ya es mucho peor, es como un grito apagado, como si se me cogiera algo dentro, supongo que es lo que sienten las madres cuándo ven o siente que sus hijos sufren, supongo que es lo que sienten las personas cuándo las personas a las que quieren o aman sufren. y yo sufro.
y no te estoy echando nada en cara, ni mucho menos, siempre he admirado tu capacidad de poder mostrar tus sentimientos, de llorar a lágrima tendida y vomitar lo que puedas tener dentro, quizás esto sea porque hubo un tiempo en el que no pudiste hacerlo, en el que se te "ahogaron" todas las lágrimas o se te quedaron atoradas en las pupilas, como una presa o como un qué sé yo... pero sin poder salir.
no quiero que sufras, y ya no es por sentimentalismos, ya no es por lo que te quiera y no quiera que lo hagas, o simplemente por el hecho de que sufras, sino porque se me lamenta el alma al no poder estar cerca y darte un abrazo, no poder consolarte, no saber qué haces después de llorar, si te calmas, y cómo te calmas y quién te calma,... no sufras, porque te detienes más tiempo en mi pensamiento, pero de una forma diferente, como más rota, como un rompecabezas, cuándo todos los días eres como una película de esas musicales, o de esas que te marcaron desde siempre, como algo que viene a la memoria para salvarme, para hacerme más feliz...y yo quiero que me hagas feliz, y yo quiero, sobre todo, hacerte feliz, sea con el traje que sea, pero feliz, desde lejos, desde cerca, pero feliz. Quiero que me tengas como una bocanada de aire fresco, no como algo que se retuerce, que escuece, que no está bien digerido, que es insoportable, porque para mi, tú eres todo lo contrario.
seguirán nuestras vidas, y en cierto modo de una forma paralela (al menos a mi me gusta pensar que es así), y como las lineas paralelas, nos cruzaremos en el infinito, sin nombres, ni pasados, ni mamarrachadas varias, porque siempre fuimos como en trenes paralelos a la misma velocidad, mirándonos por las ventanillas, vigilándonos a través de los cristales...
ndt.

17 noviembre 2008

una papilla y un huevo

ella siempre ha estado en mi vida, siempre. me cuidaba de pequenio, y me hizo adicto a mi comida favorita, a los huevos con patatas, pero tambien me hizo adicto a ella, a que siempre estuviera, a su inmortalidad. Y ya no conocia a nadie, pero si me conocia a mi, miraba a la gente extrania y conmigo cambiaba la cara... tuvieron que ser muchos huevos con patatas para poder borrarlos de la memoria. y ahora se ha ido, y yo aqui, a nosecuantos kilometros, a dos aviones, a un par de escalas, a nada directo de un dia para otro.
hay veces que estar aqui se hace una cuesta arriba, se echan muchas cosas de menos, pero se soporta, hay otras, y bueno... es mi decision. pero cuando no puedo hacer nada, cuando no puedo estar en el momento que mas quiero... ya es demasiado.
ya no me hacia patatas, ya solo me miraba y supongo que en el fondo se las imaginaba, imaginaria tantas cosas, todas las que cosas que fue mezcladas con las que quiso ser, yo que se... y luego entre ellas y entre otras "este es mi Marcos".
desde aqui, que no sera igual que desde alli, buen viaje abuela

13 noviembre 2008

ja vím, ty viš, my víme...

lo sé, lo sabes, lo sabemos... Estar en silencio mucho tiempo deja que las cosas se piensen mejor, que tengamos otra visión sobre la vida, quizás con mayor profundidad o quizás más personal, sin estar mezclada con lo que los demás quieren oír o tan sumamente profunda y densa como han sido algunos de mis post, de los últimos… de casi todos, vale, de todos. Aunque esto último no lo puedo evitar, me parece a mí.
No sé por dónde empezar, la verdad, ha sido mucho tiempo y han ocurrido muchas cosas, todo muy rápido, porque para mí estos meses han pasado muy rápido. La semana pasada me di cuenta de esto, empecé el lunes con las pilas semicargadas de un fin de semana movido, y entre una cosa y la otra, los cursos del lunes, el curso de cine y música españolas del martes, los devaneos del miércoles, el grupo de iniciales del jueves y los cachondos del viernes por la mañana que no quieren hacer nada, y encima los insulsos y apáticos del viernes por la tarde, se me pasa otra vez la semana. Unas cervezas en Saigón, un bar en Vynorahady con los amigos de Daniel, los regalos atrasados de mi cumpleaños que me dejan como poco raro: unos pinceles, unos lienzos, pinturas, carboncillos, líquidos varios para mezclar y un bloc enorme de dibujo en una gran bolsa blanca, que me permiten un “gracias” totalmente sincero y me obliga a un “si, si… claro que volveré a pintar”. Medio borracho y totalmente exhausto en Jampadampa, un lugar al que no volvía desde aquella primera vez en Praga con Oscar, Alex, Oihana, Valle…, ahora lleno de chicas guapas aún siendo el mismo antro. Un sábado rápido, no dormir demasiado, una clase en Expolingua de español para principiantes con Manuel delante de un auditorium lleno de checos que no tienen ni idea, dónde las alumnas me preguntaban cómo podía ser yo su profesor en Cervantes, comer fuera, llegar a casa que no es mi casa (porque aún no tengo casa), salir corriendo para el cine a ver la última de James Bond con la hermana de Daniel y su extraño ligue con su extraña forma de mirar y mascar chicle. Llegar a casa, tumbarme, comer, fumar… dormir. Domingo para descansar, o para ir a Ikea a mirar no sé qué perchero que cabe en no sé qué sitio de la pequeña habitación de Daniel, comer, un café con Edit para hablar de lo que nos echábamos de menos en todo este tiempo, volver, cenar, todo arreglado, morir dormido con la espalda reventada y dolorida, y levantarme de Lunes, para estar aquí, delante del ordenador del Cervantes pensando en la clase de por la tarde, con las pilas otra vez semicargadas.
Estar en silencio. Pues si, aunque también tenía ganas de hablar, de contar, no quiero estar tampoco en silencio. Cuándo recibo el día de mi cumpleaños un mensaje de Fran hablando sobre esto, me quedé un poco preocupado, luego lo achaqué todo al curro, a que me quita mucho tiempo, a que han sido demasiadas cosas en mi vida, a que he sentido estrés mezclado con otras tantas cosas que no quiero explicar ahora, y que la blog se me hacía un mundo, meterme en ella e intentar descifrarlas todas para escribir algo con coherencia.

un viaje a Morabia y Autria
el concierto de James Blunt

hay muchas cosas aun por decir.... y este teclado no tiene enie, ni acentos ni muchas cosas mas... a ver si me pongo y saco algo mas... porque releyendo lo que he escrito antes, no tiene mucho sentido, ni cuento muchas cosas que digamos, pero es que estoy de un vago para escribir insoportable, entre eso y que tengo el ordenador roto, mi independencia es cada vez mas baja...
sigo por aqui, enseniando a hablar y perdiendo palabras por el camino...