18 febrero 2006

yo quería un Cineexin cuando era pequeño...


Yo quería un Cineexin cuando era pequeño, lo quería con toda mi alma. Pero nunca llegó, como las cosas que tanto se desean aún cerrando los ojos fuertemente, aún pensandolo con todas las ganas. Quizás porque hay cosas que nunca han de llegar y, afortunadamente, nuestra vida no será en valde, no será infeliz, no será vida, porque lo será, porque, afortunadamente, la vida es algo más que un cacharrito naranja de 3000 ptas de las de entonces.
Así que tampoco me morí, tampoco se me cayó el mundo encima, ni fuí desgraciado eternamente, tal y como amenazaba a mi madre (persona cruel por no querer comprarmelo). No ocurrió nada de eso. Y mi madre es un amor de madre...
Se ve que va a resultar que si, que es verdad eso que dicen que cuando creces ves las cosas de otro modo, "ya te enterarás cuando seas mayor", "ya verás como...". Y si que es verdad, algunas cosas, claro... otras siguen siendo igual, quizás también porque sigo siendo en el fondo un niño. Si es que también quiero ser un niño, sacar a pasear al adulto cuando haga falta, que haga sus necesidades y que calle el resto.
Me quedé sin el CineExin, eso si, pero lo que mi madre no supo y quizás nunca haya sabido es que, quizás, esa falta, esa carencia, hizo que toda mi energía se concentrara más en el amor este que tengo yo por el cine. Este demonio de arte al que ya le vendía mi alma siendo muy pequeño. Cuando cogía una linterna (en casi todas las casas había alguna por ahí) y proyectaba diapositivas de biología que un día me encontré "por ahí", y como eran un tanto aburridas, con papel cebolla, hacía mis propios dibujos e intentaba proyectarlos en la pared... quería crear, ya siendo muy pequeño, mis propias películas, como ocurre actualmente en otros paises (y seguro que también en este) la imaginación suplía todas las carencias, haciendola más rica, más autentica.
Aunque al final, nunca hice una película, pero sentí esa impresionante sensación de ver las proyecciones, la luz flotando en la pared, los colores borrosos que imaginaban los dibujos que yo había hecho, podía ver mi sonrísa reflejada en la pared de gotelé, esas cosas que te dejan ancho, grande y vivo.
Mi madre me regaló este amor por crear y yo apenas ahora lo aprovecho, quizá tenga razón cuando me mira con esos ojos caidos por la distancia y me dice "¿qué estás haciendo con tu vida?" y peor aún puede ser cuándo no pone las admiraciones delante y afirma, aunque solo quizás tenga razón, como cuando ya adelantaba antes, que hay cosas de mayor que entiendes y otras que se quedan igual.
Yo quería un CineExin cuando era pequeño, pero no sé si lo quería tanto como muchas cosas que quiero ahora mismo... Así que espero que todas las carencias de mi vida no la hundan y me hagan más rico, más ancho, más grande, más vivo, y me den lo mucho que me dió no tener aquel Cineexin.

No hay comentarios: