25 febrero 2006

en la Disneylandia del amor...


El amor nos hace fuertes, voraces... nos llena de vida. El amor también nos destruye, nos hace débiles, indefensos, monigotes de historias llenas de nada, claro, que esto solo pasa cuando dejamos de tenerlo.
Y luego están los amigos, esas personas que llenan tu vida, que la pintan de todos los colores y que forman otra parte del susodicho amor, pero ¿qué pasa cuando ellos se infectan de ese virus del amor?, pues supongo que se hacen fuertes, pues supongo que se hacen voraces, pues supongo que se llenan de vida, y ya no necesitan tanto, las paletas para pintar se quedan en otro plano o mezcladas con los colores del otro o de la otra. O eso supongo...
El amor es como una montaña rusa, sube y baja, corre a gran velocidad y disminuye para acrecentar la emoción, quizás igual que con los amigos, quizás igual con aquellos que se hacen fuertes y desaparecen, quizás como las pastillas, pero como no las he probado, pues no sé.
Un amigo te llama, te cuenta sus problemas y sus alegrías, sus inspiraciones en la vida, te llena de café, de cigarrillos, de películas y risas, te hace fotos y las cuelga. Se siente debil y se hace fuerte contigo, se siente unido. Y entonces, muchas veces, cuando llega la hora de montar en la montaña rusa... desaparece, se vuelve del otro/a, se hace al otro/a... ya no hay tantos cafés, ya no hay tantos problemas, aunque si muchas alegrías, los cigarrillos se apagan en otros ceniceros y los que se comparten se quedan muchos a la mitad, las peliculas y las risas hay que dejarlas para otro momento, han pagado un billete en la montaña rusa y tienen que salir.
Todos decimos que no lo haremos, todos predicamos con miles de argumentos muy románticos (amigablemente hablando), todos sabemos nuestra forma exacta de amar, la tenemos tan controlada como el café o el colacao que tomamos cada mañana. Pero no es cierto. Es mentira, como tantas cosas en la vida... como que España iba bien con Aznar, como que en Irak había armas de destrucción masiva, como que yo iba a tener a muchas personas a mi lado defendiendo tantas y tantas cosas.
"Si es que todo es mentira...." decía Coque Malla en "El Columpio" de Alvaro Fernandez Armero. La cuestión es que nos demos cuenta, que no repitamos los pasos... que seamos fieles a nuestra forma de pensar, a nuestra forma de querer..., esa que se puede hacer mas pequeña, porque el amor llama a nuestra puerta, porque encontramos el billete para montarnos en esa montaña rusa con nombre propio. Y hay muchos billetes que caducan, hay otros que pueden procudir hasta vomitona.
Me he aceptado a mi mismo, he intentado ser consecuente conmigo mismo... he intentado ser yo, incluso estando enamorado, no dejar a un lado cuando se me necesitara, ser fiel a todos mis principios... y creo que lo he conseguido, ¿pensarán todos lo mismo?, por eso no estoy poniendo nombres a este texto... no los hay, y si los hubiera, no me daría la gana de descubrirlos. Cada uno sabe lo que hace con su vida.
Mi billete puede expirar en cualquier momento, ya aminora el cochecito de la montaña rusa su velocidad, quizás me espere otra sorpresa, un viaje extra... pero eso no viene a cuento ahora, hemos tenido miles de subidas y bajadas, cada una de ellas maravillosa, cada una de ellas llena en profundidad de amor y otros demonios. Te he querido tanto, te sigo queriendo tanto y te voy a querer más. Me has dado cada una de estas palabras, me has hecho libre ante todo... nunca me has atado a nada, nunca has pedido nada a cambio, todo, absolutamente todo... ha sido gratis, y me has dejado ser yo. Yo con mis paranoias y mi psicología barata, yo con mis llamadas de movil y mis reuniones, has dejado intacta esa parte de mi, la que le daba a los demás... y has armonizado y hecho hermosa la que pertenecía a mi mismo, me has enseñado lo que yo siempre ya sabía, que los amigos hay que seguir queriendolos, que el amor es pasajero y que los otros nunca se tienen que ir.
La pena de todo esto es saber lo que quedará, si he sentido el abandono de algunos/as y cómo reaccionaré ante ello, es que hay veces que cansa, sobre todo cuando escuchas mucha propaganda, si es que en el fondo lo que más molesta es que la gente hable y hable, y luego me vengan con otras cosas, menos hablar y más hacer, coño.

Tu me hicieste fuerte y así me voy a quedar, lo que quede de los demás en mi... ya se verá. Da igual. Te sigue conteniendo a ti. Mi inseparable.

Me voy a apuntar lo que pone Dani en su blog (http://marblehouse.blogspot.com/), esto de:
Suena "changes" de David Bowie, pero por casualidad, esto es cosa de las listas de reproducción, que las carga el diablo..

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