09 octubre 2011

Milackú, no puede ser...

Nemůže být


Reducir siempre es algo importante, pero muchas veces es totalmente necesario, reducir hasta que pueda caber en algún sitio o hasta que se pueda entender, supongo que ésta última definición entonces sería un verbo diferente al de "reducir", pero ahora mismo, mis faltas de tabaco y de él han reducido considerablemente mi vocabulario: veamos a ver cómo me explico dos semanas después.
Irreductiblemente.
El amor duele, eso lo sabemos todos, no te voy a contar otra película. En la vida de cualquiera se ha cruzado una (...dos,tres, cuatro...) persona que ha dejado una huella de dolor, más grande, más pequeña, más profunda o más aguada o más seca, habiendo pasado o sin pasar por las manos, por las nuestras o por los sexos, sudores u orgasmos, tocando o no las ansiedades o los vicios (si la hemos tenido y la echamos en falta porque nos ha dejado sin ellas). Y eso duele, y eso se pasa, y (casi) nadie se muere, porque el mundo ahora gira tan rápido que a uno no le da tiempo a escribir un poema y morirse de amor. Pero cuando el amor "no es suficiente", cuando el amor no es precisamente lo que hace se acabe todo, ¿cómo lo reduces? pues supongo que a un simple "no puede ser", ¿y esa respuesta te vale?, tampoco te valió enamorarte de alguien que no "entendía" en el instituto... porque "no podía ser", tampoco te valieron las adicciones que aunque se movieran geográficamente de sur a norte, seguían estando ahí... porque "no podían ser". No me valen las cosas, ni me vale enamorarme de ti tampoco. Eso es irreductible....
Te echo mucho de menos, echo de menos tu presencia continua, el simple hecho de que estés ahí, al lado mío, sin hablar, sin decir nada, echo de menos cuando te paseas por la casa recogiendo todas las cosas que he dejado yo antes, que te agaches y se te vea el culo (porque es lo más bonito del mundo), echo de menos verte en la terraza arreglando tus plantas y poniendo los brazos en jarras planeando, echo de menos verte tomando café solo sin azúcar, té o un vaso de vino de una botella de esas que abres por las noches y te la acabas entera, echo de menos verte fumando lo que sea (aunque lo dejaras al mismo tiempo que yo), te echo de menos en el ordenador jugando a tu juego, viendo las series conmigo y que ahora no sé seguirlas sin ti (como en mi vida, no sé en qué capítulo estoy), te echo de menos sentado y de pie, te echo de menos cuando no tengo otra cosa que hacer, para así hacer algo y entretenerme... pero lo que más echo de menos es la idea de que "no podía ser" en imperfecto, "no puede ser" en presente, echo de menos cuando me daba igual que no "pudiera ser...", y el tiempo seguía igualmente, engañándonos el uno al otro continuamente, pensando que dejaríamos de querernos o que el tiempo o algún nuevo destino mío, cambiaría todo esto.
Me equivoqué. Tampoco es algo nuevo, me equivoco continuamente....
Ahora estoy frente a otra ventana, en otro lugar de Praga, intentando reducir todo, pensando en hacer mil cosas y con ganas de ninguna, reducir todos los momentos para que quepan en algún sitio y me dejes liarme con cualquier otra persona, y me dejes reírme agusto, reducir para tener fuerzas para salir del lugar donde me encuentro, este piso, porque ya sabemos que nos queremos y que "no puede ser", no hay que dejar lutos ni hacer más dramas, las cosas están claras, todas, menos lo que escribo, que ni las entiendo ni yo y que no se puede reducir más, porque no encuentro vocabulario de menos.
Se me han acumulado tantas cosas que echo de menos, que me resulta imposible reducir todo y todas, voy a ir soltando una tras otra, empezaré con las que "puedan ser"...

No hay comentarios: