03 septiembre 2009

¿Te quedarás esta vez?

Will u?

dejar la casa en Granada era como estar de pié en la patio del colegio, esperando a que dos niños de tu clase te eligieran para poder jugar al futbol en el recreo, una sensación de soledad horrible que creaba dos pasillos de frio, uno al lado de mi mano derecha, con una maleta negra que compré con el Alex y que pesaba más de 20 kilos, otro en mi mano izquierda, con un par de bolsas y unas llaves que nunca volvería a utilizar (porque la puerta de entrada se iba a cambiar también, así como otras tantas cosas).
la puerta se cerraba con resistencia, había todavía restos debajo de ella que se lo impedían, quizás eran las ironías de la vida, que hay veces en las que tienen unos detalles muy curiosos. y ese vacío en el estómago tan horroroso, será porque serían las 7 de la mañana no no había desayunado nada. sería por eso.

y llegar a Madrid, hacer unas cuantas cosas y disfrutar un poco de mi hermana en su habitat, y que me acompañe junto con Jose, a coger un avión del que nunca estoy del todo seguro de coger, y dejarse arrastrar con mis dos pasillos de corriente fría, con la idea de que es lo mejor que estoy haciendo, de que soy valiente y que estoy luchando, aunque esta guerra (a la que me enfrento cada día conmigo mismo) sea tan absurda como el resto de las que le hayan precedido o se den al mismo tiempo.

y volver a casa en Praga, porque esta también es mi casa, a unos brazos a los que echaba también de menos y se colgaban a los hombros justificando un mismo sentimiento, pero con su mirada inquieta que te dice "¿te quedarás esta vez?".